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divendres, 3 d’abril del 2015

Cataluña a tres bandas: Lluis Llach, Pau Riba y Joan Manuel Serrat

La música popular catalana ha tenido en los últimos 50 años dos periodos de esplendor.

El último comenzó hará unos 15 años, cuando empezaron a surgir un montón de grupos en la escena indie, primero usando el castellano (Astrud, La Casa Azul); luego, el catalán (Maria Rodés, Manel...) y, en diversas ocasiones ambos idiomas de forma alternativa (Refree, The New Raemon...). Antes de esta generación de artistas de discurso oscilante entre lo luminoso y lo telúrico, y casi siempre marcadamente costumbrista, y de sencillo aditamento instrumental, hubo unos 20 años de ausencia de propuestas, y, antes del mismo, 15 años de pasmosa creatividad, entre mediados o finales de los 60 y finales de los 70.

Esta época, la de la Nova Cançó, coincidió con el fin de la dictadura franquista, y recogía el anhelo de libertad de una generación de jóvenes a los que la mediocridad de la España del momento se les había quedado muy estrecha. Como raíz del mismo se encontraba el movimiento musical de la chanson francesa, que, durante los 40 y 50 sorprendió desde el mundo francófono con la inusitada ambición poética y literaria de sus letras, con el belga Jacques Brel como su principal estandarte, secundado por artistas como George Brassens y Léo Ferré; coincidiendo con el movimiento, el resurgir de las músicas de raíz en medio mundo.

En esa época el rock & roll pareció un fenómeno coyuntural, un breve paréntesis entre el cool jazzístico y de la chanson y el creciente prestigio del folk en sus variantes modernas: folk-rock (Bob Dylan), folk psicodélico (Fairport Convention, Pentangle...) y folk confesional (James Taylor, Carole King, Joni Mitchell...), conocido este último como movimiento de cantantes-compositores y que, dentro de los estilos sucesores del rock de los 60 era el que más similitudes en todos los órdenes podía tener con la Nova Canço en el mundo anglosajón.

A finales de los 60 y principios de los 70 el mundo entero bullía en revueltas y esperanzas de cambio. La música floreció como un arma idónea para el cambio. La Nueva Troba Cubana, con Pablo Milanés y Silvio Rodríguez como exégetas del cambio de régimen experimantado en la Cuba de los 60, artistas como José Afonso, que cantaban al fin de la dictadura salazarista en Portugal, el afro-beat de Fela Kuti, con sus letras provocadoras y directas, críticas con el régimen político de Nigeria, los cantautores chilenos Víctor Jara y Violeta Parra, que ponen banda sonora al sueño utópico en el Chile de Salvador Allende, el reggae de Bob Marley, vehículo de anhelos de progreso y de denuncia del racismo, o el esplendor de la música con mensaje dentro del soul definen un marco en el que definitivamente la Nova Cançó era una pieza, y no de las menos importantes de semejante oleada de esperanza.
 
El movimiento tuvo sus ramificaciones en todo el orbe catalanoparlante peninsular. Así, Maria del Mar Bonet era de Baleares, y Raimon y Ovidi Montllor del País Valenciano.

De momento me centraré en los tres artistas del título por ser todos ellos catalanes, por ser prácticamente de la misma generación y por representar tres maneras muy distintas de vivir su relación con su tierra. Y, evidentemente, por la calidad y trascendencia de su música.

Así, Serrat representaría un ejemplo de talento con ganas de trascender en toda España, con pocas o ningunas querencias de tipo nacionalista reconocidas y por disfrutar durante la década de los 80, del reconocimiento popular y de las élites políticas de la época (el triunfante PSOE), que lo convirtieron para las siguientes generaciones directamente en insufrible (como a Sabina, Víctor Manuel, Ana Belén, Miguel Bosé... los artistas subvencionados y jaleadores de un régimen que, con ellos, ponía de manifiesto uno de sus puntos débiles: el clientelismo).

Lluis Llach representa el éxito social de una tesis repetida hasta la saciedad por el mundo de ERC desde tiempos inmemoriales. Si en 1974, con "L'estaca", Llach parecía conformarse con el advenimiento de la democracia en España, con los años fue desvelando paulatinamente un posicionamiento político que no era evidente en sus inicios. Artista incómodo durante décadas para el nacionalimo gobernante en Cataluña por sus ideas izquierdistas ahora que el independentismo es la causa de moda su figura es ubicua, diciendo a quien le pregunte cuál es la naturaleza de su actual lucha. Jubilado de la música desde hace unos años deja tras de sí un legado impresionante, en especial aquel fechado en los 70, continuado durante los 80, 90 y 2000 con discos siempre notables, en los que, si en lo lírico y musical -a excepción de los de los 80- no inventaba nada, sí seguía manteniendo un nivel de compromiso y autoexigencia irreprochable.

Frente a la condición de artistas "orgánicos" de Serrat, para la España de los 80 que emergía feliz apostando por el olvido y la aceptación del statu quo derivado de la Transición, y de Llach, que, privado de reconocimiento durante décadas se salía con la suya hace, como quien dice, cuatro días, aupado a la condición de símbolo de esa Cataluña nueva que supuestamente emergerá con la independencia, una Cataluña de trabajadores que no han recibido ni apoyos ni palmaditas en la espalda, como él mismo, en la que la meritocracia y el esfuerzo colectivo serán los principios rectores del nuevo orden social, en suma, de artistas que han nadado a favor de corriente en uno u otro momento de sus vidas, se encuentra Pau Riba, el más roquero de los tres, nunca reconocido, siempre al borde del precipicio por no haber sabido o querido leer el espíritu de los tiempos.

En eso es como Jaume Sisa, que podría ocupar su posición de tercero en discordia en este post, de espejo de libertad e iconoclastia irrenunciables, de anarquismo vital, que, en el caso de Riba se ha materializado en un recentísimo rechazo a un homenaje por parte de la Generlitat de Cataluña.

Riba viene a decir que "artistas somos todos", que no se pueden repartir dádivas y prebendas solo porque los beneficiarios sean de la cuerda de los dirigentes en cuestión o usar esa arma del reconocimiento a destiempo, cuando es demasiado tarde o cuando se ven tan claramente las intenciones de sumar voluntades a la causa común que absorbe a día de hoy todas las fuerzas del gobierno catalán.

Hacer clic aquí para oír lista de reproducción que estoy haciendo en youtube.

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Joan Manuel Serrat sacó su primer disco en 1965. Era un EP con cuatro canciones, titulado "Una
Portada del EP "La guitarra".
guitarra".

Tenía 22 años y se convertiría poco después en el decimotercer Setze Jutge. Els Setze Jutges eran un grupo de cantautores que, surgidos durante los 60 en el ámbito catalanoparlante pretendían resucitar la expresión musical en lengua catalana. Según la web del cantautor Els Setze Jutges eran "un grupo heterogéneo de gente que escribíamos y cantábamos en catalán."

Serrat era un chico de clase trabajadora, nacido en 1963 en Barcelona, hijo de un obrero anarquista, Josep, y una portera de origen aragonés, Ángeles. Su nombre completo era Joan Manuel Serrat Teresa. Vecino del populoso barrio de Poble Sec respiró la abigarrada, intensa atmósfera del barrio en la Posguerra y en el incipiente desarrollismo de los 60, época en la que estaba marcado por la convivencia de los inmigrantes de otras regiones de España con los campesinos catalanes recién mudados a la gran ciudad y, ambos grupos de recién llegados con la antigua fauna urbana de la capital catalana. Él vivió en sus carnes dicho mestizaje, por la naturaleza catalano-aragonesa de su familia. Durante su infancia y adolescencia los veranos los pasaba en el pueblo natal de su madre, Belchite, en Zaragoza, o bien en Viana, Navarra, en casa de unas amigas de la familia

Serrat, estudiante aplicado, hizo la primaria en los Escolapios y asistiría desde los 12 años a un instituto en Tarragona, el Milà i Fontanals, de donde saldría convertido en tornero fresador. En ese punto, con 16 años, comenzó su relación, como vemos algo tardía, con la música, cuando su padre le regaló una guitarra.

A continuación compaginaría los estudios universitarios para convertirse en perito con su afición musical. Según el facebook del cantautor "con unos compañeros de la mili, Jordi, Toni y Manuel, forma un conjunto integrado por dos guitarras, contrabajo y batería."

Protegido por Salvador Escamilla, locutor de un programa de talentos en Radio Barcelona, consigue sus primeros conciertos, que, a su vez, le ponen en contacto con un sello discográfico, que, de acuerdo con wikipedia, le ofrece un contrato En el propio facebook del cantante el orden de los factores es distinto: Escamilla le recomienda sin dudar a Edigsa. Antes de grabar su primer EP "debuta en público como miembro número trece de los Setze Jutges en un teatro de Esplugues de Llobregat."

EDIGSA se convertiría en el vehículo difusor de la Nova Cançó. De hecho, nacido en 1963, ya en aquel año había editado los primeros EPs del valenciano Raimon, y, en 1964, los debuts de otros pioneros del movimiento, Josep Maria Espinàs, Quico Pi de la Serra y Guillermina Motta.

No dejó los estudios hasta que estuvo claro que tenía un futuro dentro del mundo de la música.  De hecho se graduó como perito agrícola en 1966, es decir, al año siguiente de su debut en la música profesional.

Salvador Escamilla y Joan Manuel Serrat en Radio Barcelona. fuente: http://jmserrat.com/biografia/
La letra traducida al castellano de "Una guitarra", extraída de la descripción de la canción subida a youtube por jaumequalsevol :

"Me la regalaron cuando me rodeaban
sueños de mis dieciseis años, aún adolescente.
Y entre mis manos, que temblaban,
yo agarré muy fuerte aquel juguete.

Crecimos juntos. Yo me hice un hombre,
ella se fue estropeando a mi lado.
Ahora que la veo sucia y rota,
me doy cuenta de lo mucho que la he amado.

Primero los amigos llegan.
Cuando los amigos se van,
sólo queda una guitarra
para hacer de acompañante.

Ahora el amor llega.
De repente el amor se va.
Sólo queda una guitarra
y su canto que llora.

Ahora sé de un compañero que nunca engaña.
Que cuando me llene de gozo cantará conmigo, conmigo.
Ya tengo un amigo fiel. Pobre guitarra,
canta cuando canto yo y llora siempre conmigo."

Una melancólica descripción de la introducción de Serrat al mundo de la música. Entretenimiento desde los 16 años, que, con el tiempo y sufridos los primeros sinsabores de la vida, los amigos que le dieron la espalda, los primeros amores fallidos, se convitió en auténtico salvavidas, en compañera fiel, espejo de sus decepciones y alegrías.

Letra triste, autoconsciente, escrita cuando el músico apenas tenía 20 años, que desmiente su edad juvenil y que, ya entonces, contiene una especie de autoafirmación, una especie de orgullo disfrazado de melancólica asunción del fracaso y soledad, del que se sabe en posesión de un arma de la que carecen los demás: su arte.

La influencia de esta canción, así como de todas las de la época de Serrat en el imaginario colectivo catalán es inmensa. Alguien en los comentarios a la canción subida a youtube cuenta cómo, tras la muerte de Franco, la primera canción en catalán que estudiaron en su colegio fue esta. Los Sidonie esogieron versionarla en 2006 para un disco homenaje al cantautor "debido a la insistencia con la que llegó a sonar en nuestros hogares. Marcó nuestros años de infancia y juventud" (http://rollingstone.es/noticias/sidonie-canta-a-serrat-en-catalan/).

"La guitarra", a la postre el tema que tuvo más repercusión del EP, no tenía otra instrumentación que la guitarra acústica pulsada por el cantante.

El resto del EP se repartía entre las canciones con un nutrido acompañamiento orquestal -dos- y otra más con una parca guitarra. Repleta de detalles instrumentales está "Ella em deixa", la segunda canción de la cara A del EP. La letra en castellano, copiada de la canción subida a youtube por el usuario malakoplakia2:

"ELLA ME DEJA
Buenas noches, amigos: veo que ya estamos todos,
para charlar un poco y cantar canciones.

Pero hoy estoy triste porque sin razón
ella se va lejos de mí y me deja muy solo, completamente solo.
Estoy lleno de noche y creo que un día ella volverá
pidiendo mi amor para encontrar la vida.

Tú, flor adorada, luz de mi rincón,
canción inacabada que ha compuesto mi amor.
¿Por qué te alejas? ¿Por qué te vas?
¿Por qué me dejas, si yo te quiero tanto?

Dice que quiere a otro, al mejor de todos;
dice que es todo un hombre y no un niño como yo.
No la maldigáis ni lloréis tampoco.
Son cosas que pasan: tengo mala suerte.
Estoy lleno de noche y creo que un día
ella volverá pidiendo mi amor para encontrar la vida.

Tú, flor adorada..."

Las primeras estrofas sugieren que el cantante se dirige a un auditorio de conocidos, de amigos, con los que se comparten los últimos avances con la guitarra y también confidencias. Puede que sea un recurso retórico o puede que fuera así para Serrat, que en sus inicios escribiera para un círculo de amigos, real o imaginario. A continuación viene la historia: el cantante cuenta una historia de desamor, a juego con la edad del autor, apenas 20 años. Una chica rompe con él y se va con otro, que, según ella, "es todo un hombre". Esta anécdota podría ser uno de esos"amores que vienen y luego se van" de los que habla en "Una guitarra". La decepción es la fuente de inspiración de esta canción; la música es precisamente la medicina frente al mal de amores. El efecto curativo de la creación es tan eficaz, tan raudo que no hace falta llegar al final de la canción para encontrar una luz de esperanza, mezclada con cierto orgullo: "Ella volverá pidiendo mi amor para encontrar la vida."

El joven Joan Manuel Serrat destacaba más que por sus logros literarios y poéticos por una excelente intuición melódica y también por su voz, temblorosa, expresiva y tremendamente comunicativa. Puede que lo que cantara no se saliera de cierto formulismo (su primera y significativa oda a la música en "Una guitarra"; el canto a la decpeción amorosa, a su corazón roto con expresiones genéricas y una confesionalidad algo tosca, incipiente de "Ella em deixa") pero la sinceridad desarmante que desprende su interpretación no podía dejar indiferente al oyente. Según el artículo "Serrat que ahora tiene 70 años", publicado por EL PAÍS y firmado por Carles Gámez "fue el primer intérprete que proyectó la Nova Cançó en las listas de éxitos con una canción en catalán y el fenómeno de los fans entre Els Setze Jutges. Serrat confirma la aparición de un nuevo modelo de cantante que ha sido enunciada por Raimon y que gracias a él, por su proyección popular, pone el cartel de “No hay entradas” en teatros y auditorios."

Después de un somero repaso a su densa biografía concluye con lo siguiente, que da pistas de las influencias diversas del cantautor, ya asentadas desde el primer momento: "Un cantante y autor, a la vez, culto y popular. Las canciones de Serrat enlazan con la sentimentalidad y argumento de una canción popular española, la copla, y al mismo tiempo, contemporáneas de una canción europea de acento lírico. Es el Serrat que se reconoce en Aznavour y Rafael de León, en Brel y Concha Piquer, en Carlos Gardel y la Chanson francesa. Una cocina melódica que ha acabado dando esa mezcla de sabores irresistibles para una diva como la italiana Mina o una voz como la de Silvia Pérez Cruz."

Los créditos del EP informan de que la orquesta que suena en estas canciones está dirigida por MARC
SERRAT, NÚRIA FELIU y RAIMON. fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/12/24/actualidad/1387886533_903681.html
BLOND. Este músico aparece en varias referencias discográficas del sello Edigsa del año 1965, incluidos la cantante de jazz Núria Feliu y figura de la primerísima hornada de la Nova Cançó, el mismo Salvador Escamilla cantando al frente de una big band, Lluís Olivares, en sendos EPs en los que versiona clásicos de la chanson francesa o de la componente de Els Setze Jutges Maria del Carme Girau.

En wikipedia afirman, en cambio, que los arreglos y la dirección orquestal correpondieron a ANTONI ROS-MARBÀ. En cuanto al resto de músicos participantes fueron los siguientes:
  • Guitarra: FERRAN FIGUEREAS ORTEU.
  • Contrabajo: ENRIC PONSA.
  • Violín: JOSEP M. ALPISTE.
  • Violoncelo: JOSEP TROTTA.
  • Arpa: MARÍA LUISA IBÁÑEZ.
  • Acordeón: MIQUEL DOCHADO.
  • Trompa: NICANOR SANS.
  • Clarinete: JULI PAÑELLA. 
La canción que abría la segunda cara se titulaba "La mort de l'avi". La traducción al castellano, que saco de la descripción de la canción subida a youtube por morforita, a continuación:

"LA MUERTE DEL ABUELO
No hay risas, sólo hay llantos.
No hay canciones, sólo hay gemidos.
Parece que todo vaya de luto
en este rincón marinero.

En la taberna, los pescadores
están todos mudos, no dicen nada,
y las matronas, en la iglesia,
ruegan por el abuelo.

Todos irán al entierro,
todo el mundo dirá: "¡que bueno que era!"
Todo el mundo sabrá hablar bien,
quizá alguien llorará de pena.

Pero no de amor, porque, al viejo,
amor, tan sólo le dieron
la barca, el viento, los aparejos,
la red, el sol y el azul del mar.

Pero al día siguiente todo ha cambiado,
pues nadie piensa en el viejo.
Los pescadores están en la mar,
los muchachos juegan por la calle.

Pero en la playa, llena ayer,
sólo una barca hay permanecido,
con una red que nunca más
volverá a besar el mar.

No volverá a besar el mar,
nunca más."

Una canción de duelo que critica los ceremoniales que rodean a veces nuestras vidas, por vacuos e hipócritas: el duelo por la muerte de alguien no tiene más significado que para aquellos que realmente sienten pena.

También quizá haya una constatación, un reflejo de la época en la que se escribió la canción: el abuelo muerto nunca recibió amor. Sólo lo encontró en su oficio de pescador. Pienso en las cosas que me cuenta mi madre, que nació en 1939, cuatro años antes que Serrat, y en lugar tan distinto a la Barcelona natal del cantautor. Ella es natural de Píñar, un pueblo de la comarca de los Montes Orientales, en  Granada, una de las zonas más deprimidas económicamente de España. Decía que de niña los viejos del pueblo eran el hazmerreír de los niños. Eran un fenómeno extraño: casi nadie por entonces llegaba a la edad anciana y por eso a los niños les chocaban tanto. No eran más que una carga para sus familias, un capricho de la naturaleza, que permitía a alguno de aquellos campesinos sobrevivir por encima de la edad en la que podían trabajar. El significado de la vejez, a la que dedica Simone de Beauvoir un libro demoledor y denso con anécdotas terroríficas, por suerte ha cambiado, ahora que lo anormal es morir joven.

En http://xjmserrat.com/la-mort-de-lavi-la-muerte-del-abuelo/ dan esta otra interpretación: "Serrat hace retratos y con ellos saca a la luz personajes forjados en una sociedad enclaustrada, sin horizontes."

Pues eso, que Serrat habla de una vejez vivida en la era en que llegar a viejo era la excepción. De ahí el tono melancólico, algo forzado y sentimental en exceso.

En wikipedia informan de que LLEÓ BORRELL fue quien hizo los arreglos correspondientes en esta canción. Este compositor y músico de Puigcerdá, nacido en 1924 y muerto en 1994 fue, junto a Raimon uno de los fundadores del movimiento de la Nova Cançó. Durante años fue un profesional a sueldo de la música, que lo mismo tocaba jazz que música melódica, en este último caso a las órdenes de Augusto Algueró. Formó un dúo compositor junto a Josep Maria Andreu, en el cual él creaba la música, cuyas canciones nutrieron el repertorio de Núria Feliu, Maria del Mar Bonet, Lluis Llach y Serrat (wikipedia).

Por último, "El mocador" ("El pañuelo") cierra el EP con sus elegantes y populares aires de cha cha cha. Con razón dicen que una de las principales fuentes de inspiración de Serrat era la música popular que sonaba a su alrededor, que por entonces, aparte de los géneros españoles, inspirados o ligados al flamenco y la copla, venían de Hispanoamérica: el cha cha cha, el mambo, el bolero... estilos rítmicos y/o melancólicos. A la altura de 1965, cuando se editó este EP, esto ya no era tan cierto: si la música hispanoamericana fue realmente importante en los 50 -no sólo en España- por entonces venían con fuerza estilos de latitudes más frías: el rock & roll, el twist, la British Invasion, que también pegó fuerte en España, pero también multitud de artistas de pop europeo, en especial de Francia e Italia. No en vano el fenómeno de la música ye-ye se basó en cantantes femeninas con canciones de pop rítmico de avasallador encanto, como "Poupée de cire, poupée le son" (1965) de France Gall de  o "Tous le garçons" (1962), de Françoise Hardy. Hasta el cine popular español, que tan espléndidamente ha reflejado a lo largo de las décadas la evolución sociológica del país, dio cuenta del fenómeno ye-ye con la película de 1965 que lanzó el mayor (¿único?) éxito de la corta carrera musical de Concha Velasco con, precisamente, "La chica ye-ye". Aunque el mensaje de la película no era lo que se dice muy progresista (¿cómo serlo en aquella época sin sufrir censura?), y Manolo Escobar al final se convertía en el ganador del pulso modernidad-casticismo que se ve en la película frente a una juvenil Concha Velasco lo cierto es que, como quien no quiere la cosa, la canción de la Velasco se convirtió en un exitazo y en todo un clásico de la música popular española.

O sea, que aunque las élites culturales del franquismo defendieran a capa y espada la cultura propia -o de eso se vanagloriaban, pues por otro lado no tenían empacho en inundar las pantallas de cine con películas estadounidenses dobladas, con evidente menoscabo del cine nacional- y pensaran que el rock & roll y sus sucesivas encarnaciones que, por oleadas, iban introduciéndose en España, tenían un potencial subversivo, que, en el caso de la película se traducía en la amenaza de una mujer libre y deshinibida, el pueblo opinaba otra cosa. Pues si el pueblo, de puertas adentro prefiriera a la mujer sometida, no dudaba en soñar con una mujer distinta, una mujer soñada que, por otro lado, a lo largo de los 40 y 50, ya existía en las figuras muchas veces trágicas, pero también muchas veces fuertes que representaban Lola Flores y Sara Montiel.

Lo extraño es que las fuerzas de la reacción, capitaneadas simbólicamente por el macho hispánico Manolo Escobar encontraron unos extraños aliados: los rojos que integraban las filas de la Nova Cançó. Ellos, como ocurre ahora mismo con el arqueo de cejas y el desprecio que provoca el reggeatón, veían eso del pop y de las chicas minifalderas y despeinadas como una moda pasajera, una idiotez ajena al buen gusto. El rock & roll sufrió ya entonces de un desprestigio brutal por parte de la intelligentsia, oficial y subterránea, del país, que consiguió a la altura de 1970 prácticamente su objetivo de destruir la escena pop. Así, Concha Velasco no solo tuvo enfrente a un macho de pelo en pecho como Escobar, sino también a otro, Joan Manuel Serrat, que, aunque no se desabotonara por entonces la camisa para mostrar sus atributos sí que los tenía bien puestos -los pelos, no se piense mal-. Ese ataque primordial de Serrat al rock & roll creo que también es otra de las razones de que, andando el tiempo, a la altura de 1990, fuera una especie de odiosa figura paterna, de progre que no cree que el mundo tenga más que ofrecerle.

Pues eso, que Serrat no reflejaba el ritmo popular del momento, sino el que él vivió años atrás, cuando era adolescente, o incluso niño. Puede que por entonces, él, alimentado de cantautores foráneos y repleto de recuerdos de verbenas y sonido de tocadiscos de años, incluso décadas atrás, ni siquiera fuera consciente de la importancia o, incluso, de la existencia de los Beatles o los Rolling Stones.

La traducción de la letra a continuación:

"En un sencillo pañuelo,
todo blanco, muy limpio,
dibujaste,
con el lápiz de un amigo,
un corazón pequeño y atravesado.

Me lo enseñaste bien
mientras bajabas los ojos,
y te cogí el pañuelo
y, como recuerdo,
me lo llevé.

Después pasó mucho tiempo
y revolviendo aquel cajón
con libros de adolescente,
me encontré el pañuelo.

Lo cogí poco a poco,
como si se fuera a romper
y, con el pañuelo en la mano,
te recordé como antes.

Si en algún lugar,
si en algún tiempo,
la canción puedes escuchar,
piensa en este pañuelo
e igual que yo
tú soñarás".

Vemos al Serrat que parece rememorar un episodio de su adolescencia, o que, al menos, lo parece, con expresiones sencillas pero con una sinceridad arrebatadora. Se puede aplicar esa descripción que Manuel Vázquez Montalbán, su biógrafo ofical durante años, hizo de su estilo y su poética: "Lo que ha hecho de Joan Manuel Serrat un cantante y autor famoso es su sabiduría en compartir frustración y esperanza con millares y millares de españoles. Encontró palabras para expresar lo que otros miles de personas. Con la sentimentalidad adecuada para llegar a sus corazones. Nada de lo común le es ajeno" (fuente: http://www.libertaddigital.com/). - Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/cultura/musica/2014-10-05/serrat-bodas-de-oro-con-la-cancion-1276529843/

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